El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó que el secretario de Estado de su administración será el hasta ahora director de la petrolera estadounidense ExxonMobil, Rex Tillerson, un hombre con estrechos lazos con Rusia.

Trump mantuvo la incógnita durante bastante tiempo, pero finalmente es oficial que el responsable de la política exterior será un poderoso empresario sin experiencia política, al igual que el propio magnate.

El nombramiento no está exento de polémica, pues poderosos senadores republicanos manifestaron ya antes del anuncio oficial sus objeciones. El Senado tiene que dar luz verde a la nominación. Tillerson, que será el sucesor del demócrata John Kerry, es cuestionado precisamente por sus vínculos con Moscú y además podría enfrentar masivos conflictos de interés por sus negocios.

Trump calificó a Tillerson como uno de los empresarios más exitosos del mundo. «Como secretario de Estado será un defensor poderoso y cauto de los importantes intereses nacionales de Estados Unidos y contribuirá a revertir años de política exterior errónea que ha debilitado la seguridad y el papel de Estados Unidos en el mundo».

El texano, de 64 años, se encuentra al frente de ExxonMobil desde 2006 aunque lleva décadas en la compañía, que tiene una facturación anual de unos 300.000 millones de dólares (más de 280.000 millones de euros).

Tillerson se había convertido en el favorito en los últimos días para el puesto. Su nombramiento se enmarca en la línea de las promesas de campaña de Trump de mejorar las relaciones con Rusia.

El futuro secretario de Estado no solo tiene estrechos vínculos con Moscú, sino también personales con el presidente Vladimir Putin, quien le otorgó en 2013 la Orden de la Amistad. El Kremlin se deshizo en elogios sobre su persona ya antes de la designación.

El futuro secretario de Estado podría tener difícil la confirmación en el Senado pese a la mayoría republicana en la cámara. Senadores como John McCain y Lindsey Graham han anunciado que le preguntarán por sus relaciones con Rusia.

La noticia se conoce en medio de las acusaciones de que Rusia sería la responsable de una serie de ataques a sistemas informáticos de organizaciones políticas e instituciones estadounidenses para manipular la campaña electoral.

La Agencia Central de Inteligencia (CIA) llegó a la conclusión de que con los ataques Rusia intervino en el proceso para ayudar a Trump a ganar, algo que el futuro presidente califica de «ridículo».

Trump convirtió las últimas semanas el nombramiento de los miembros de su gabinete en un verdadero espectáculo y disfrutó de la atención conseguida con ello. Además del Departamento de Estado, ya se habría decidido también respecto del titular de Energía. Los canales CBS y NBC señalaron esta madrugada que se lo encargará al ex gobernador de Texas Rick Perry.

Trump, de 70 años, recibió a Perry el lunes en Nueva York. De 66 años, el político asumió el gobierno de Texas a finales de 2000 como sucesor de George W. Bush cuando éste se convirtió en presidente. Tanto en esta como en la anterior campaña presidencial se presentó como precandidato republicano, pero fracasó en ambas.

Los medios recordaban hoy una metida de pata de Perry en un debate televisivo de 2011, cuando no pudo acordarse de uno de los tres ministerios que quería eliminar. «Ups», se le escapó entonces. Después se acordó: era el Departamento de Energía.

Vía: ámbito.com