“Vivimos el día a día con desesperación”: el reclamo de un vecino por la baja a su pensión y la falta de respuestas municipales
21 de agosto, 2025 - 22:34
“Estamos en un año electoral y algunos creen que la forma de hacer política es operar, decir mentiras. La realidad es que en momentos difíciles como estos tenemos que estar todos juntos, espalda con espalda”, expresó al inicio de su relato, antes de detallar los problemas que arrastra desde hace tiempo.
Según contó, la semana pasada se acercó a cobrar su pensión y se encontró con que en su cuenta no había “ni un peso”. A partir de allí comenzó un derrotero entre oficinas que todavía no logra resolver. “Cuando voy me dicen que no tienen señal en la computadora, que vuelva el lunes. Voy el lunes y otra vez no tienen señal. Ya es la segunda semana que me dicen lo mismo”, relató.
La situación lo llevó a presentar una nota en el municipio, donde aseguró haberse sentido desatendido. “Le dije a la señora: ¿para qué está sentada si está con el celular y tomando mate? No es que yo sea malo, pero me dolió tener que decirle eso. La desesperación me llevó a hablar así, porque yo con esa plata pensaba pagar el proyecto de la luz, y ustedes saben cómo estoy viviendo”.
El vecino también recordó que hace meses presentó pedidos a la Dirección de Habitacional para acceder a una vivienda, dado que tiene una discapacidad, pero no obtuvo respuestas concretas. “Me prometieron una vivienda del IPB, pero hasta hoy nada. Cuando se me voló el techo me trajeron cuatro chapas y nada más. Yo sé que hay gente que recibe casas y después las alquila, y yo, que realmente la necesito, sigo esperando”, lamentó.
La falta de ingresos también afecta directamente a su familia. “El salario de mi hijo es de 55 mil pesos por mes, no es nada. No recibe la tarjeta alimentar porque tiene mi apellido y yo tengo pensión, entonces le cortan beneficios. Yo no sabía que iba a ser así”, explicó. Además, aseguró que la situación lo llevó a permanecer en una oficina municipal como medida de protesta: “No me quería mover de ahí. Llamaron a la policía para que me saquen, pero yo no estaba haciendo nada, no estaba alcoholizado ni faltando el respeto. Solo pedía una respuesta”.
El hombre reconoció que no sabe leer ni escribir, lo que le dificulta cumplir con los trámites que le exigen vía correo electrónico. “Me piden papeles que no entiendo, y mi pareja tampoco sabe mucho. Para eso están ellos, para eso les pagan. Pero muchas oficinas municipales no prestan el servicio como deberían, y sin embargo cobran un sueldo. Yo vivo el día a día, y esa pensión es mi único ingreso”, afirmó.
La precariedad de su vivienda quedó expuesta en su relato. “Hace ya el segundo invierno que paso así. Tengo todo junto en la sala: cocina, piezas, todo en un mismo espacio. A mi hijo menor lo tengo que bañar afuera, y cada dos por tres se enferma. Es muy difícil vivir de esta manera”, señaló.
Finalmente, insistió en la necesidad de una solución concreta para poder regularizar el suministro eléctrico. “Lo que más necesito es poder poner la luz. El proyecto cuesta más de dos millones de pesos y me lo van a financiar en cuotas de 200 mil. Mi pensión solo me alcanzaría para eso, después la comida tendría que buscarla como sea. Pero quiero cumplir, porque ellos me exigen que tenga luz para que se muevan los papeles de mi vivienda”.
El testimonio dejó en evidencia no solo las dificultades que enfrenta una familia en situación de vulnerabilidad en Comodoro Rivadavia, sino también la falta de respuestas de los organismos públicos que deberían garantizar el acceso a derechos básicos como vivienda y servicios.
