Según CAME, sólo 37% de las pymes pagará el bono de $ 2.000
26 de octubre, 2016 - 16:05Los pequeños y medianos empresarios manufactureros manifiestan tener dificultades para pagar el bono de $ 2.000 de fin de año, y sólo el 37,4% prevé cumplir con este beneficio, debido a «la paralización de las ventas que frenó la producción», entre otros factores, según un informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
De acuerdo con el relevamiento realizado por la CAME el 24 y 25 de octubre entre 350 industrias pymes de todo el país, «sólo el 37,4% decidió pagar el bono, mientras que el 42,3% ya decidió no pagarlo y el 20% restante está evaluando la situación».
Al respecto, la CAME explicó que «si bien casi el 90% de las empresas relevadas desearían pagar el beneficio para mejorar la situación de ingresos de sus empleados y recompensar el esfuerzo del trabajador, pocas pueden hacerlo».
Entre los principales factores se menciona «la paralización de las ventas que frenó la producción», que se nota «sobre todo en empresas pymes de sectores como máquinas y herramientas, material de transporte, calzados o textiles que vienen muy afectadas por la coyuntura».
También se advierte sobre «incrementos muy fuertes y de impacto en las tarifas de servicios públicos que las dejó sin resto financiero ni liquidez», así como «el aumento en los costos generales de las industrias que no está pudiendo ser trasladado a los precios por la baja de ventas».
En ese sentido, la CAME precisó que «sólo el 20% promedio de las subas de costos se incorpora al precio de venta», y por otra parte, «el 73% de las industrias con aumentos de costos no realiza ningún traslado, e incluso el 10% baja los precios para poder vender, lo que debilita su rentabilidad».
Paralelamente, se menciona «el aumento en las importaciones en algunos sectores que está causando un impacto más fuerte del que por sí provoca la baja de ventas», situación que ya manifestaron desde sectores como calzado, juguetes, textiles, electrónica, entre otros.
La CAME señaló además el «incremento en la presión fiscal y la intensificación, en los últimos meses, de los controles y sanciones desde la AFIP y los organismos tributarios provinciales o municipales, que obligó a las fábricas a destinar la liquidez a cancelar deudas o cumplir con normativas a veces poco oportunas para el momento (por ejemplo, salidas de emergencias en locales pequeños a la calle), a fin de que no les clausuren el establecimiento».
Por último, el relevamiento menciona también las «demoras en los pagos de clientes, e incremento en los cheques rechazados que restringen las posibilidades de disponer de fondos para el bono», y que «algunas empresas realizaron arreglos previos al bono con los empleados o firmaron convenios, como en el sector comercio, por aumentos», y que por ese motivo «no estarían dando el bono».