En la misma, se avanzó en la discusión sobre medidas de seguridad, incluyendo la solicitud formal para la creación de una comisaría novena que alivie la carga de la Comisaría Tercera, desbordada por la extensión de barrios a su cargo.

Allí se acordó la integración de cámaras vecinales y particulares al Centro de Monitoreo de la policía, un trámite sencillo que permitirá mejorar la disuasión y el esclarecimiento de delitos.

González destacó al aire por Radiocraciaque estas cámaras tienen un fin disuasorio principal y ayudarán a identificar rápidamente a los infractores.

Sin embargo, se reiteraron las preocupaciones sobre la falta de denuncias por parte de los vecinos, lo que dificulta el accionar policial y crea una falsa percepción de tranquilidad. Se expuso la problemática de la modalidad delictiva que implica vigilancia previa y la lentitud del proceso de denuncia, que a menudo permite la fuga de los delincuentes.

El dirigente barrial criticó la falta de presencia estatal en la provisión de seguridad y asistencia social, señalando que los vecinos se ven obligados a buscar sus propios medios de seguridad. Asimismo, se describió un ciclo de inseguridad donde la presencia policial aumenta temporalmente tras reuniones, pero luego disminuye, permitiendo el retorno de la delincuencia.

Además, se planteó la necesidad de un abordaje conjunto entre los poderes legislativo, ejecutivo y judicial, y se expresó preocupación por la delincuencia juvenil, sugiriendo que la falta de oportunidades y la ausencia del Estado contribuyen a que jóvenes sean utilizados por delincuentes mayores.

“Se va a hacer una reunión cada tres meses, se va a pedir que todas las cámaras que estén en el barrio sean de la vecinal o sean particulares, que se puedan ajustar al centro de monitoreo, solamente hay que hacer un trámite nada más, corto o más para que pueda estar… las cámaras están puestas con un solo fin que es persuadir más que nada… esto va a ayudar a esclarecer más rápido por las cuestiones de rostro y todo”, enfatizó González.

Seguidamente, expresó que “el comisario dijo que sí, que le llamaba la atención que vigilen para después robar, porque parece que el Fuchs era un barrio modelo porque la gente no hace la denuncia nunca… tuvieron que esperar el término de una hora, una hora y media y después en ese transcurso ya habían salido los chorros”.

Por último, se refirió a los ciclos de la seguridad: “se hacen estas reuniones, empiezan a circular un poco más los patrulleros, después se calma… y después de tres meses… los patrulleros se confiaron y ya no hay tanta presencia policial… es un ciclo que parece que no va a terminar nunca… la gente tiene que buscar su medio de seguridad cuando el Estado lo tendría que brindar, ¿no?… el Estado tiene que estar presente en esas cosas, pero bueno, no están”, concluyó.